En este proyecto se adaptó las necesidades del cliente a la pendiente del
terreno, buscando generar espacios acogedores e iluminados, pero sobre todo
se quiso aprovechar las vistas que se tenía de la ciudad, producto justamente de
la pendiente del sector.
Los interiores del garzonier y del departamento tienen colores cálidos,
combinando el blanco con tonos cafés y dorados, mientras que los salones
juegan con tonos plomos.